07 El dragón negro

Título original: Dragon of Doom (#13).
Autor: Rose Estes.
Ilustrador: Harry J. Quinn (Portada de Clyde Caldwell).
Fecha de publicación: 1985 (Original 1983).
Número de páginas: 152.
Número de fines: 13 (Buenos: 3 - Regulares: 1 - Malos: 9).

Sinopsis: Eres Morgan, un joven mago sobrino del ilustre Zed, desterrado durante un milenio en castigo por practicar hechizos prohibidos. Te encomiendan la misión de buscarlo y conducirlo de vuelta.

Comentario personal: El último libro de esta serie inicial de siete ejemplares a cargo de Rose Estes demuestra no ser radicalmente diferente a los anteriores, pero siguiendo al menos la ascendente línea de los dos últimos. En El dragón negro hay dos grandes ramificaciones iniciales, una de ellas bastante entretenida y relativamente variada, y la otra por desgracia siguiendo los pecados habituales de la autora.

Más allá de la estructura, lo que más sorprende del libro es que se nota más trabajado que sus predecesores. No es que tenga un tono más adulto, pero hay dos o tres ocasiones en que se puede intuir una cierta filosofía del esfuerzo y la autodeterminación que en mi opinión es mucho más válida que la habitual moralina del "haz el bien y no mires a quién". El libro no pretende aleccionar, pero deja alguna píldora de sabiduría que no rechina como las anteriores.

También son destacables los fragmentos en que Shen, la criatura que da título al libro, habla consigo mismo (o la autora narra sus pensamientos) pese a estar en otro lugar diferente al del protagonista y, por tanto, no tener presencia inmediata en la historia. Quizá, de hecho, eso sea lo más llamativo: el inmenso protagonismo de un personaje que apenas interacciona con los demás, salvo en unos pocos finales, y que sin embargo se gana por propio derecho ser la figura central del libro. El dragón negro es mucho más que un inmenso dragón negro: es el final de todas las cosas, el catalizador del Apocalipsis, el arma definitiva de destrucción masiva, capaz de acabar con la humanidad a voluntad. Así se nos presenta Shen aunque en última instancia jamás pueda presenciarse su poder.

Igual que sucede en La venganza de los dragones del arco iris, en este libro los dragones no son criaturas malvadas per se, aunque es posible acabar en sus garras si no se miden bien los pasos. Por esto, la mitad que transcurre en el hogar de los dragones me parece mucho más atractiva que la otra, en búsqueda del antepasado del protagonista. Hay diversos encuentros con dragones y conversar con una de estas sierpes siempre es algo de interés. Quizá los diálogos con el propio Shen sean los más flojos -por previsibles-, pero quien realmente queda desdibujado en toda esta historia es el tío Zed, apenas una caricatura de mago malvado, autoritario y torpón (nunca ve venir su destino).

En el debe, la falta de consistencia (es posible encontrar a Zed y a Shen se opte por ir a un sitio o al otro); las falsas elecciones múltiples que solo comprenden un fin malo más que obvio (¿por qué no atacar a una hidra?) y dos o tres que llevan a la misma página solo que con diferente procedimiento; la ya a estas alturas cansina inclusión de un compañero de viaje simplemente para dar la opción al protagonista de tener más diálogos; encuentros con criaturas extrañas que duran una página y no se sabe a ciencia cierta qué hacen ahí ni qué aportan... Nada que no hayamos visto antes.

Las ilustraciones son por última vez de Harry Quinn, y tan flojas como de costumbre. Nada que destacar por ese lado, más bien al contrario.

En conclusión, un poco más de lo ya visto en los libros anteriores de Rose Estes, tanto de lo bueno (no un único camino principal, sino dos) como de lo malo (muy dirigida cada una de esas mitades), diálogos interesantes y encuentros absurdos, personajes desarrollados y otros planos y vacíos. De lo mejor de la autora, aunque realmente eso no es mucho decir.

Puntuación: 5.

3 comentarios:

  1. No puedo estar de acuerdo con el comentario. A mí me parece un libro ideal para el público al que va dirigido, lleno de misterio y aventuras. Puede que sea un poco tópico pero no lo suficiente como para renegar de él. A mí me gustó en su día y lo recuerdo con cariño. Mi valoración es alta, de ocho a ocho y medio. Me gusta el planteamiento y su desarrollo si bien en algunos momentos se hace previsible y cansino. Es un libro que posee un alto grado de abstracción sin que por ello resulte anodino, puede que un poco soso sí sea -en el desarrollo de los personajes- pero posee una buena trama y la presentación no está nada mal. A mí las ilustraciones me gustan y me parecen acertadas. En fin, un libro que tiene cosas que me agradan si bien anda lejos de ser perfecto.

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  2. Coincido contigo, hasta ahora el mejor de esta colección.

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